Es la Celebración de la Cosecha y los edelhoneses estan festejando en la plaza central. Los lugareños bailan y cantan, agradecidos de una buena temporada para el cultivo.
En medio de los festejos, la Guardia de la Ciudad se topa con cinco forasteros, a quienes se les pide la documentación pertinente para demostrar que son ciudadanos del reino de Entelgia. Al no tener dicha documentación, son llevados a las celdas de la alcaldía, donde aguardarán juicio.
Skorgar, el Enano; Leo, el tiefling; Hondu Mar, el monje humano, y Filaurel y Edryl, las medio-elfas, aguardan tras las rejas, con un futuro incierto.
Eobard Tialmen, Capitán de la Guardia, que no cree que estos individuos sean una amenaza, habla con la alcaldesa, la señora Daerna Ingallad, quien decide darles una audiencia a los prisioneros para ofrecerles un trato.
Los forasteros son llevados ante la alcaldesa, quien les explica que fueron apresados como medida preventiva: los ataques perpetrados por los caldarrobles al reino de Entelgia han escalado en los ultimos tiempos, y hay que estar seguros de que no haya gente peligrosa dentro de las fronteras. La señora Ingallad les propone lo siguiente: otorgarles papeles que constaten que son ciudadanos del reino, a cambio de un pequeño trabajo de control de plagas en las alcantarillas de la ciudad, dado que los grupos de mercenarios que suelen encargarse de estos trabajos se encuentran en la frontera, asistiendo a la Guardia Real a repeler a los caldarrobles.
Con la promesa de papeles de ciudadania a cambio de matar unas cuantas ratas, los forasteros abandonan la alcaldía, dirigiéndose hacia el río, a la entrada de la alcantarilla.
Pero una vez adentro, lo que en un principio parecia un simple trabajo de exterminio de plagas, se torna en algo mas complicado, cuando, ademas de las pocas ratas que encuentran, una pandilla de kobolds aparece entre las heces y la podredumbre.
Skorgar, haciendo uso de su enorme hacha de dos manos, cercena rata y kobold por igual. Filaurel devela sus poderes lanzando de su mano una bola de enrgia oscura. Leo, con increible precisión, atraviesa a sus oponentes con las flechas que vuelan silbando de su arco. Edryl, por su parte, se enfrenta a sus enemigos invocando una infestacion de insectos. Y Hondu Mar, el monje, en una demostración de destreza y velocidad de pensamiento, logra atrapar a una de las ratas y lanzarla hacia la cara de uno de los kobolds, lastimando así a ambos enemigos en un mismo ataque. Los aventureros, tras un duro pero fugaz combate, logran derrotar a casi todos los kobolds: uno logra escapar a traves de una reja.
Al intentar perseguir al kobold fugitivo, Skorgar acciona una trampa, pero su robusto cuerpo de Enano no evita que, ligero en sus reflejos, logre esquivar el inmenso tronco que, cayendo del techo, impacta contra la reja. Al ver que no hay manera de atravesar esa reja, los aventureros deciden volver con la alcaldesa, quien, creen ellos, sabía de la presencia de kobolds en las alcantarillas, y les habia tendido una trampa. Para que el reclamo sea legítimo, Filaurel toma la cabeza de uno de los kobolds como trofeo, y Hondu el cadaver de una de las ratas.
Al llegar a la alcaldia, mojados y cubiertos de excremento, interpelan a Daerna acerca de los kobolds, a lo que ella les jura que no sabía nada de eso: los habia mandado a eliminar ratas, pero nunca se imagino que iban a encontrar kobolds, porque no habitan esas tierras. Sus territorios son bajo las montañas de las tierras salvajes, donde tambien habitan los caldarrobles. La ven genuinamente preocupada y pensativa, se nota que está diciendo la verdad. Tras una breve pausa, Daerna les agradece nuevamente, y les otorga unos permisos provisorios que les servirían hasta obtener los documentos oficiales, pero les advierte que sus servicios aún serán requeridos al día siguiente. Hasta entonces, pueden hospedarse en la posada, La Ribereña, que la alcaldia se encargaría de los gastos de alojamiento.
Finalmente, los aventureros arriban a la posada, donde los recibe Elina Furr, la posadera, que, al reconocer que son los forasteros que tenia que alojar, les dice que sus habitaciones estan listas, y les ofrece una ronda, por cuenta de la casa.
Tras un largo dia de materia fecal y pestes, los aventureros conversan con Elina, beben, se asean y descansan, pensando en lo que les espera al dia siguiente...
[Adaptación de lo registrado en la sesión del Domingo 29.3.2020]