24.11.20

11. Invasión (Parte III)

La última vez que nos vimos, la Compañía del Sur se encontraba en el dilema moral entre rescatar a los niños entelgianos, o librarlos a su suerte para detener la invasión que se cierne sobre Entelgia. Pero el debate tuvo que ser interrumpido cuando los tambores de guerra retumbaron por todo Neithras, al tiempo que cuatro soldados caldarrobles irrumpieron en la cámara donde la Compañía del Sur todavía estaba interrogando al Intercesor que tomaron como prisionero.

El capitán caldarroble ordena a sus soldados que ataquen a los intrusos, soltando las flechas de sus arcos. Una de ellas alcanza uno de los brazos de Filaurel, quien, enfurecida, desata su poder arcano en su atacante, carbonizándola al instante de pies a cabeza. Horrorizado, el capitán fija su atención en lo que acaba de suceder, por lo que no ve venir la oleada de ataques que Filaurel desató: la veloz flecha de Leo llega primera, seguida por el despliegue meteorológico de Edryl y su ola de truenos que dan paso a un enano que avanza a la primera línea de combate con su enorme hacha.
Los ataques recibidos desestabilizan tanto física como mentalmente a los caldarrobles, haciendolos fallar la mayoría de sus golpes. Hondu, en la retaguardia, aprovecha para someter al cultista a quien tenía apresado, asfixiándolo para desmayarlo, e inmediatamente corre al encuentro de los caldarrobles que han ingresado a la camara. Con su bastón deja fuera de combate a uno de los soldados, al tiempo que Filaurel conjura una maldición sobre el capitán enemigo que se ve, de pronto, envuelto en las sombras de la cueva. Pero la maldición no dura demasiado: Skorgar pone punto final a la pelea cuando su hacha corta, casi por completo, el torso del capitán.
Con la situación ya controlada, Filaurel se acerca al cuerpo del capitán para intentar recuperar el recuerdo que en vida consideró el más valioso, y lo que ve es al mismísimo Oleg Bavrask, líder caldarroble, por primera vez a escasos centímetros, tomándole del hombro y pronunciando la frase "Entelgia va a ser nuestra".
Leo intenta abrir las celdas para liberar a los niños, pero el mecanismo que las mantiene cerradas es más complejo de lo que él esperaba, y al intentar moverlo, se traba. Skorgar, entonces, intercede y la destraba con mucha delicadeza, destruyendo el mecanismo con su hacha y forzando a la puerta a ceder. Tras semejante demostración de violencia, se acerca a los niños, aterrados, y tóscamente les dice que no teman, que de alguna manera van a sacarlos de ahí. Muy de a poco y con paciencia logran abrir todas las celdas y liberar a todos los prisioneros. Pero la mitad de los niños no están lúcidos, y Hondu nota en ellos una completa falta de voluntad. Si alguien los guía, ellos no oponen resistencia. Por lo tanto, el monje propone que cada uno de estos niños sea guiado por uno del grupo de los que no han sido operados por el Intercesor.
Los oídos de Edryl determinan que el ejército caldarroble parecen estar saliendo de Neithras hacia el norte, y la Compañía decide seguir ese camino, pero una vez afuera, desviarse hacia el este, para llegar a la ciudad de Maeros, donde Leo dice tener un contacto que podría ayudarles.
Así regresan a la cámara central del sistema de cuevas del Pico de la Alimaña, que se encuentra, ahora, completamente vacía. El campamento que vieran hace apenas unas horas esta totalmente desmontado, sin rastro de los caldarrobles. Pero hacia el norte, y entre la oscuridad de la cámara, Hondu percibe un leve destello. Leo decide entonces avanzar solo, escabulléndose entre las sombras y las piedras, casi desapareciendo hasta para sus compañeros.Ya más cerca de la salida, logra ver con claridad que el destello es una antorcha, sostenida por el mismísimo Lobo Blanco, el líder caldarroble, Oleg Bavrask. Antes que el tiefling pueda volver con su grupo, el caldarroble murmura: "Dejemoslós aca... No son tan importantes", y se voltea hacia la salida, chasqueando los dedos. Desde la pasarela que atraviesa la salida caen, entonces, dos enormes piedras que bloquean el paso tras Oleg, dejando, dentro de Neithras, a los niños entelgianos, y a su única esperanza de escapar, la Compañía del Sur.